debes dejar de guardarla en la puerta de la nevera

Aunque a priori pueda no parecer algo fundamental, saber dónde colocar y distribuir los alimentos en la nevera puede ser importante para nuestra salud. Las frías temperaturas a las que exponemos cada producto pueden no ser las mejores para algunos de ellos. De hecho, en algunos casos puede incluso afectar a la calidad de estos mismos si no llevamos cuidado a la hora de entender qué rincón del frigorífico está destinado a cada tipo de alimentos.

Es lo que ha sucedido durante años con la leche, que casi siempre suele tener un lugar asegurado en una de las baldas de la puerta de la nevera. Sin embargo, los productos lácteos suelen ser unos de los más delicados en cuanto a conservación, por lo que colocarlo en estas zonas puede suponer un problema.

Los bricks o botellas de leche deben conservarse entre 2ºC y 5ºC una vez abiertos. Por ello muchas personas recurren a los estantes de la puerta de la nevera, de manera que se mantengan en un sitio fresco y alejado de la exposición solar. Sin embargo, tal y como han revelado muchos expertos durante años, este no es el lugar ideal para este tipo de alimentos.

El motivo por el que la leche no debe ir en la puerta de la nevera

Así lo explica el nutricionista Pablo Ojeda en ‘LaSexta’, donde señala que no debes dejar la leche en la puerta de la nevera por las oscilaciones de temperatura que tiene al abrirse y cerrarse. Se trata de una de las zonas menos frías de la nevera que no cumple las condiciones necesarias para mantener la leche.

Según revela este experto, la leche debe ir en las baldas centrales y superiores, que es donde se sitúan prácticamente todos los productos que tengan poca caducidad. Es el caso también de las sobras que se mantienen en táper de cristal, otros alimentos lácteos y los yogures.

El estante de en medio, por ejemplo, puede ir destinado para otros productos que tampoco necesitan mucho frío para conservarse, como los embutidos. Así, la zona inferior quedará reservada para carnes y pescados crudos, pues es la zona más fría del frigorífico. Por su parte, los cajones están destinado para guardar frutas y verduras, eso sí, separadas unas de otras.

Por último, la puerta de la nevera debe quedar reservada para otras bebidas y salsas no caseras, entre las que se incluyen algunas tan conocidas como el ketchup, la mayonesa o la mostaza. Al contrario de lo que sucede en muchos casos, los huevos tampoco deben colocarse ahí: «¿Los huevos? ¡No! La huevera se pone ahí por cuestiones de espacio», explica Pablo Ojeda.