El maltrato y el abuso tienen más consecuencias sobre la salud de lo que se pensaba

Las personas que han sido víctimas de abuso tienen más probabilidades de tener efectos en su salud física y mental, lo que antes se pensaba. Se trata de una revisión y metaanálisis global publicado en ‘Nature Medicine’ que revela que existen altos riesgos entre violencia de pareja o abuso sexual infantil y ciertos problemas de salud, incluidos traumas depresivos graves, abortos espontáneos, abuso de alcohol y lesiones automovilísticas entre niños.

A nivel mundial, una de cada tres mujeres que ya ha sufrido violencia parental a lo largo de su vida, e incluso el 20% de las mujeres jóvenes y el 10% de los hombres jóvenes han experimentado algún tipo de abuso sexual infantil. Sin embargo, se descubrieron encuestas que investigan los resultados de salud asociados con la violencia parental y el abuso sexual infantil.

Según la encuesta, la exposición a la violencia parental se asocia con un mayor riesgo de aborto depresivo (63%) y un mayor riesgo de aborto materno y aborto espontáneo (35%).

En los casos de abuso sexual infantil, el estudio debería vincularse a una mayor tasa de consumo de alcohol y de automóviles (45% y 35%, respectivamente).

Las cifras, afirman, son mayores y están más extendidas de lo que se había sugerido anteriormente.

«Este estudio está avanzando en la comprensión de los profundos impactos en la salud de la violencia parental contra las mujeres y el abuso sexual infantil», dijo Joht Singh Chandan, de la Universidad de Birmingham y coautor principal del artículo.

Nuestros hallazgos, además, «revelan no sólo las alarmantes asociaciones que existen formas de violencia vinculadas a infecciones como la depresión, el aborto espontáneo y los traumatismos por consumo de alcohol y lesiones automovilísticas, sino que también padecen la urgente necesidad de adoptar medidas preventivas y sistemas de prevención». apoyo solidos.

Más de 4.000 estudios

Los investigadores identificaron literatura disponible sobre violencia infantil y abuso sexual infantil y sus efectos asociados sobre la salud. Revisión de más de 4.000 estudios, los 229 estudiantes completan los criterios de inclusión.

El informante sólo nos mostrará estos problemas críticos de salud, sostiene la investigadora Emmanuela Gakidou, del Instituto de Evaluación y Medicina de la Universidad de Washington y coautora principal del artículo, si además » descubre las lagunas en el conocimiento actual y la necesidad continuar la investigación para comprender las consecuencias de esta violencia.

En su opinión, es imperativo implementar este conocimiento para diseñar políticas, atención médica e intervenciones comunitarias, garantizando un futuro más seguro y beneficioso para los afectados por estas formas generalizadas de violencia.

La encuesta marca un cambio fundamental en la forma que nos permite percibir las cargas sociales y sanitarias de la violencia de pareja

Nicolás Métheny

universidad de miami

Para Nicholas Metheny, de la Universidad de Miami, «la encuesta marca un cambio fundamental en la forma que nos permite percibir las cargas sociales y sanitarias de la violencia popular».

«Esta nueva perspectiva es crucial para elevar la violencia general como un imperativo de salud pública en el mundo global, y para generar impulso político como estrategia científica para estrategias efectivas de prevención e intervención», concluye Metheny.

El estudio también identificó otros posibles efectos sobre la salud: acoso hipertensivo materno con violencia infantil y una asociación del tabaquismo con el abuso sexual infantil. Sin embargo, la investigación concluye que debe basarse en la evidencia, no puede incluirse en el metanálisis.

Los autores señalan que los estudios sus observaciones y no puede demostrar la causalidad y el resultado de que sus alucinaciones sean limitadas debido a la pequeña cantidad de estudios que exploran estas relaciones. Se sugiere que su investigación revela muchos efectos sobre la salud del maltrato infantil y el abuso sexual infantil, pero esto refuerza la necesidad de realizar más investigaciones para fortalecer la base de evidencia.