Achicar el Estado pasando de la estructura actual de 18 ministerios de gobierno a solo 8 fue una de las primeras propuestas de la plataforma de Javier Milei incluida en el paquete de recorte bautizado «motosierra». Ya le puso nombre y apellido a 4 cuatro de esas carteras, pero faltan definir áreas clave como Economía y Seguridad.
Además, aunque no lo blanquearon, el acuerdo con el PRO de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, promete incluir el reparto de cargos. Esa negociación podría significar alteraciones en el esquema original.
Uno de los videos más populares de la campaña fue el del libertario arrancando de un pizzarón los nombres de los sectores que dejarían de existir al grito de «¡afuera!».
En el esquema de Milei, su gobierno estará compuesto únicamente por el ministerio de Interior, de Economía, Infraestructura, Justicia, Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores, y Capital Humano, que reuniría a tres sectores clave: Niñez y Familia, Salud, Trabajo y Educación.
Según lo anunciado en campaña, el jefe de gabinete sería Nicolás Posse, quien ahora tiene el cargo de «coordinador de equipos técnicos». Es el gerente general de la Región Sur de Aeropuertos Argentina 2000, holding del empresario Eduardo Eurnekian.
Economía y Seguridad son dos sectores decisivos y difíciles de ocupar porque los principales referentes en ambos temas son los propios integrantes de la fórmula presidencial.
La obsesión de Milei es la economía. Su campaña se basó en promesas sobre la inflación y la dolarización. ¿Cuánto delegará las decisiones? ¿Cuánta autonomía podría tener un ministro de esa cartera? Cada vez que le preguntaron, el libertario respondió que será «alguien más ortodoxo» que él y que también «le guste la motosierra».
En un inicio se hablaba de alguno de sus asesores: los ex menemistas Carlos Rodríguez, Roque Fernández, Darío Epstein, o el «cerebro» del plan de dolarización, Emilio Ocampo, que finalmente será designado presidente del Banco Central. Pero en el último tiempo empezaron a sonar también los nombres de Guillermo Nielsen y sobre todo el de Federico Sturzenegger.
En septiembre el ex titular del Banco Central, debió aclarar que colaboró con Patricia Bullrich para su campaña y sobre la relación con Milei dijo que era de «respeto mutuo hace muchos años» y consideró que su irrupción en la política «movió el eje de la discusión para el bien de todos».
A Nielsen, por su parte, nadie lo confirma, ni lo desmiente. El hecho de que actualmente esté en funciones como embajador de Arabia Saudita del actual gobierno también es un impedimento para eso. «No se lo ofrecieron, no lo puede aceptar», deslizaron cerca suyo tiempo atrás.
Mientras tanto, las áreas de Seguridad y Defensa están bajo la órbita de la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel. Pero si es electa deberá encargarse del presidir el Senado, con lo cual deberá designar gente de su equipo para ambos ministerios. Tampoco hay nombres definidos.
La reunión que tuvo con Bullrich despierta sospechas, aunque cerca de la presidenta del PRO aseguran que no quiere ser ministra. El hombre de confianza de Villarruel es su asesor Guillermo Montenegro, quien forma parte de la fundación Oid Mortales y del Partido Demócrata que ella preside en la Provincia. Además, es candidato a diputado.
También suena el coronel retirado de Inteligencia Jorge Vives, quien durante el macrismo trabajó en la Aduana que conducía Juan José Gómez Centurión.
El cuarto ministerio que quedaría adjudicar es el de Justicia. Se habló del abogado mediático, Mariano Cúneo Libarona -que saltó a la fama con el Caso Cópola en los 90′- como posible postulante a ese cargo. Pero otros lo descartan.
Los ministerios que ya tienen «dueño»
El superministerio de Capital Humano lo encabezaría Sandra Petovello, ex productora y periodista, consultora psicológica y licenciada en Ciencias de la Familia, que forma parte del círculo íntimo de los hermanos Milei.
Dentro de esa cartera, en el área de Educación suena el economista de la Ucema, Matías Krause. Mientras que el ex titular de la Superintendencia de Salud durante la gestión macrista, Gustavo Morón, será su secretario de Trabajo.
La ministra de Relaciones Exteriores sería la economista Diana Mondino, quien ya generó polémica con la causa Malvinas cuando dijo que «los isleños Los isleños tienen los mismos derechos que cualquier argentino». Respecto a la relación con el Vaticano, que el líder liberal Alberto Benegas Lynch propuso romper, Mondino se despegó de la idea.
Mientras tanto, Guillermo Francos -quien renunció al Banco Interamericano de Desarrollo, donde representaba al país elegido por Alberto Fernández- es el número cantado para el ministerio de Interior. Ya se encarga de tejer contacto con gobernadores y otros dirigentes políticos. En palabras del propio Milei es «la ambulancia política». «Ya está funcionando. Ya hay heridos, Guillermo va y los rescata», declaró días atrás.
Por su parte, Guillermo Ferraro, quien en esta segunda etapa de campaña se estuvo encargando de la fiscalización, sería el ministro de Infraestructura. Se trata de un exfuncionario de Eduardo Duhalde y de Cambiemos en la Ciudad. Dirigió la consultora KPMG hasta abril.
Los ministerios que dejarían de existir son los de Turismo y Deportes, de Cultura, Transporte, Ambiente, Mujeres, Obras Públicas, Ciencia y Tecnología y Transporte. Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social se achican a la categoría de secretaría dentro de Capital Humano.