«La ‘escuela de la dopamina’ evita el llanto y sufrimiento de los niños»

Sí, ya han pasado varias semanas desde que empezaran las clases de Infantil y, sin embargo, aún hay padres que viven con gran angustia que sus hijos lloren y monten un verdadero drama cada mañana al quedarse en clase, como si del primer día se tratara, y separarse de sus padres.

Paola de la Cruz, experta en Educación y crianza, activista por los derechos y el respeto a la infancia y profesora reconocida como Mejor Docente de España 2020 por Educa Abanca, lo tiene muy claro. «Empezar Educación Infantil requiere un proceso de acompañamiento, vinculación y adaptación. El sistema educativo actual confunde adaptación con abrir el periodo de inicio escolar y que las familias dejen allí a sus hijos hasta que se acostumbren a su nueva situación. Lo correcto sería que la escuela no rompiera ese lazo de apego que tienen los niños con sus padres y que genera tanto sufrimiento para ambas partes, en particular a los más pequeños».

Esta docente opta por ‘la escuela de la dopamina’, aquella que permite que los padres acudan al centro y presenten a su hijo, de forma calmada, tranquila y amistosa, a su maestra, su nueva figura de referencia. Es imprescindible que este proceso se realice de manera amable y que los progenitores les acompañen todo el tiempo, días, que sean necesarios hasta que el pequeño se familiarice con su nueva situación. Cuando negamos este derecho a la infancia rompemos los lazos de apego del niño con la familia de forma traumática y el pequeño sufre daños emocionales, que le afectan a nivel cerebral, y físicos (dolor de garganta por el llanto, vómitos por la ansiedad, despertares por terrores nocturnos…). Sufre angustia por no entender que de un día a otro sus padres le dejen solo, se marchen sin tener la certeza de que vuelvan, mientras se encuentra en un espacio desconcertante, con personas que se acercan e intentan abrazarle para calmarle y en un ambiente en el que percibe el temor de otros niños que también lloran. No se puede permitir que la adaptación escolar pase por momentos de tanto miedo y angustia».

Para Paola de la Cruz «se ejecutan leyes en la infancia que en el mundo adulto no están establecidas». Explica que es como si a una persona la meten en un autobús sin saber cuál es su destino, en el que hay personas desconocidas que le dan miedo y hablan otro idioma y, sin embargo, se le acercan y empiezan a tocarla y abrazarla para que esté tranquila, mientras observa que en ese autobús hay también más gente como ella, que llora y siente angustia por la situación. «¿Cómo nos sentiríamos? ¿Permitiríamos que nos tocaran y abrazaran desconocidos que nos dan miedo? —se pregunta esta experta en crianza—. Estamos permitiendo situaciones muy abruptas en la infancia. A ello se suma que nuestro sistema laboral también rompe vínculos en la crianza de los hijos y genera mucho dolor a los padres».

Insiste en que es necesario que el niño entre en el centro escolar de la mano de sus padres, con seguridad y emoción, para que poco a poco vaya ganando confianza en su nuevo entorno. «La escuela debe respetar los tiempos abriendo sus puertas a las familias. Actualmente tenemos mucha información y sabemos que los niños padecen en esta separación ansiedad, miedo… No es un proceso normal que se sientan agredidos pedagógicamente y emocionalmente».

Añade que estas situaciones generan en los pequeños un estado de alerta constante, por lo que es común oír a muchos padres decir «desde que mi hijo va a la escuela ya no quiere comer o come muy poco», ¨«se despierta y no para de llorar», «pues el mío está todo el rato pidiendo que le tenga en brazos»… «Esto —matiza Paola de la Cruz— es lo que se denomina apego ansioso y lo provoca esta forma de acceder tan drástica al sistema educativo cuando no se hace de forma conjunta con las familias. Hay que darle más importancia a la educación emocional de nuestros niños, que es una de las grandes innovaciones pedagógicas y, además, no supone ningún coste para nuestro sistema educativo», concluye esta experta en Educación Infantil.