Hace un par de semanas, el Etna volvió a copar todas las miradas. El que es considerado el volcán más alto y activo de Europa volvió a entrar en erupción, algo que es habitual y que tampoco causa grandes afectaciones pero que siempre acaba despertando un gran interés. Dos semanas después, su actividad sigue impresionando a muchos.
El pasado 13 de noviembre fue el día en que se detectó el aumento de la actividad. El volcán entró en erupción y estuvo expulsando lava y cenizas a más de 4,5 kilómetros de altura. Poblaciones próximas, como Milo o Zafferana Etnea tuvieron sus consecuencias, ya que la lluvia de cenizas llegó a sus calles, pero por suerte no hubo que lamentar daños de importancia ni afectaciones en la isla de Sicilia.
Desde entonces, el volcán ha seguido con sus explosiones, centradas en uno de sus cráteres emplazados en el sureste del volcán. Como siempre en estas ocasiones, las imágenes que dejó el Etna fueron espectaculares, especialmente aquellas que se tomaron durante la noche, cuando todavía resaltan más los colores rojizos de la lava. En las últimas horas el volcán ha seguido causando escenas hipnóticas y que seguramente muchos recordarán.
Sobre la nieve
Y es que la lava que va desprendiendo esta montaña activa está cayendo y deslizándose por laderas nevadas. Las imágenes, como las que hizo el fotógrafo de Reuters Giuseppe Di Stefano desde el Monte San Leo el pasado viernes, son espectaculares.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano, que ha estado controlando las explosiones de entonces a través de su Observatorio del Etna, está emitiendo comunicados periódicos sobre el estado del volcán. En su último boletín, de este domingo, se destaca que la «actividad eruptiva de tipo estromboliano continúa en el cráter sureste», con variaciones de intensidad y frecuencia de las explosiones.
También continúan teniendo una tendencia variable los temblores volcánicos. Además, en estas últimas horas han habido algunas afectaciones por el polvo en el aeropuerto de Catania, el más próximo al volcán. Sin embargo, a diferencia de lo que ha ocurrido en otras ocasiones, como el pasado agosto, la instalación aeroportuaria no ha tenido que paralizar su servicio habitual.