Algunas personas pueden experimentar síntomas a largo plazo –o ‘resfriados persistentes’– después de sufrir infecciones respiratorias agudas que dieron negativo en la prueba de covid-19. Lo asegura un estudio publicado en la revista ‘EClinicalMedicine’ que destaca que los síntomas más comunes son tos, dolor de estómago y diarrea con una duración de más de cuatro semanas después de la infección inicial.
El estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad Queen Mary de Londres sugiere que puede haber impactos duraderos en la salud después de infecciones respiratorias agudas no relacionadas con el covid, como resfriados, gripe o neumonía, que actualmente no se reconocen.
Sin embargo, los investigadores aún no tienen evidencia que sugiera que los síntomas tengan la misma gravedad o duración que el Covid persistente.
La investigación comparó la prevalencia y la gravedad de los síntomas a largo plazo después de un episodio de covid con un episodio de otra infección respiratoria aguda que dio negativo en la prueba del coronavirus. Aquellos que se recuperaban de Covid tenían más probabilidades de experimentar aturdimiento o mareos y problemas con el gusto y el olfato en comparación con los que tenían una infección respiratoria no relacionada con Covid.
Si bien el Covid persistente es ahora una enfermedad reconocida, se han realizado pocos estudios que comparen los síntomas a largo plazo después de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 con otras infecciones respiratorias.
El trabajo analizó datos de 10.171 adultos del Reino Unido, con respuestas recopiladas mediante cuestionarios y análisis estadísticos realizados para identificar grupos de síntomas.
Falta de conciencia
Giulia Vivaldi, investigadora de la Universidad Queen Mary de Londres y autora principal del estudio, señala que «los hallazgos arrojan luz no solo sobre el impacto del Covid persistente en la vida de las personas, sino también sobre otras infecciones respiratorias. La falta de conciencia, o incluso la falta de un término común, impide tanto la notificación como el diagnóstico de estas afecciones».
«A medida que continúa la investigación sobre el Covid prolongado, debemos aprovechar la oportunidad para investigar y considerar los efectos duraderos de otras infecciones respiratorias agudas», señala.
Este tipo de infecciones a largo plazo son muy difíciles de diagnosticar y tratar principalmente debido a la falta de pruebas de diagnóstico y a la gran cantidad de síntomas posibles.
El profesor Adrian Martineau, otro de los autores del estudio, considera que los resultados «pueden coincidir con la experiencia de personas que han luchado con síntomas prolongados después de haber tenido una infección respiratoria a pesar de que las pruebas dieron negativo».
Aunque se trata del primer estudio prospectivo sobre este tema, no es un fenómeno nuevo. De hecho, la epidemia de gripe española de 1918-1920 dejó a muchas personas con una encefalitis letárgica que tardó décadas en resolverse. El concepto de enfermedad posvírica también está bien establecido.