Los vehículos pequeños miran con esperanza a la nueva norma Euro 7

Unos de los mayores damnificados por la propuesta de la normativa Euro 7, presentada el pasado noviembre, fueron los coches pequeños, que vieron cómo su futuro y competitividad se llenaba de incógnitas, al no poder adaptar sus pequeños motores a las nuevas restricciones y, al mismo tiempo, mantener sus precios asequibles.

A principios de septiembre, el Grupo Volkswagen afirmaba que una Euro 7 estricta podría significar el fin de su utilitario más famoso, el producido en España Polo, cuyos precios parten de los 24.600 euros. En 2022, el presidente de la marca homónima, Thomas Schäfer, declaró que la nueva normativa se podría traducir en un incremento de hasta 5.000 euros en su precio.

Otros directivos se han sumado a las críticas. El consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, sentenciaba que solo se trataría de «más regulación, sin mejoras en la calidad del aire», mientras que el de Stellantis, Carlos Tavares, se mostraba más categórico y declaraba los estándares de emisiones «inútiles».

Según el presidente del mayor lobby de automoción en Europa –la patronal de fabricantes ACEA–, Luca de Meo, un incremento del precio de entre el 7% y el 10% podría significar el cierre de hasta cuatro fábricas del Grupo Renault, que también preside.

La normativa Euro –actualmente en vigor su versión 6e– regula los límites que no pueden superar los motores en materia de partículas en suspensión y gases nocivos como el CO2 o los óxidos de nitrógeno (NOx). Para la Euro 7 se planteó incluir los residuos de pastillas de freno y de neumáticos, por lo que también afectarían a la movilidad cero emisiones.

Ahora, el Consejo Europeo prevé reducir la severidad de la Euro 7 para mantener los límites de los turismos tal y como están en la Euro 6e, pero endurecer las condiciones para el transporte pesado. Las partículas de rueda y freno también entrarían en la nueva norma.

Sin embargo, la tendencia de los fabricantes es de dejar de lado vehículos más pequeños, dado que su demanda es decreciente y sus márgenes más reducidos, en comparación con otras siluetas, como los SUV, u otras propulsiones, como la eléctrica.

Desde el grupo ecologista Transport & Environment, afirman que no hay garantías de que se mantengan los modelos pequeños de combustión, incluso con una Euro 7 más laxa. Su directora de Emisiones de Vehículos, Anna Krajinska, afirma que generar unos límites más estrictos sería positivo, pues se estima que se matricularán 100 millones de vehículos nuevos en Europa hasta que entre la prohibición Europea de vender modelos contaminantes en 2035.

«Es difícil para los fabricantes justificar la posición de que no pueden desarrollar y homologar motores con unos requisitos más estrictos, dado que están registrando beneficios récord», sentencia Krajinska.

Según ella, una de las maneras más eficaces para mejorar la calidad del aires es a través de planes que estimulen la demanda de vehículos eléctricos pequeños.

Se espera que el Parlamento Europeo vote una versión del plan en noviembre. Una vez lo haga, tendrá que negociar el texto definitivo con Comisión y Consejo, en un proceso que se puede alargar meses. Con la versión final de la norma sobre la mesa, esta entrará en vigor 24 meses después para los modelos nuevos. En años, esto puede significar 2026 como pronto.