Un medicamento de acción rápida administrado en forma de aerosol nasal algún día podría permitir que los pacientes con latidos cardíacos rápidos intermitentes se traten ellos mismos tan pronto como desarrollen síntomas, según una nueva investigación publicada en ‘Journal of the American Heart Association’.
La taquicardia supraventricular paroxística causa períodos intermitentes de latidos cardíacos rápidos (más de 100 latidos por minuto y, más típicamente, 150 a 200 latidos por minuto) en las cámaras inferiores del corazón.
El tratamiento estándar durante un episodio es disminuir el ritmo cardíaco mediante la realización de acciones físicas llamadas maniobras vagales. Si las maniobras vagales autoadministradas no son efectivas (lo que ocurre entre el 20% y el 40% de las veces), se debe buscar tratamiento inmediato con medicación intravenosa en una sala de urgencias para que la frecuencia cardíaca vuelva a la normalidad.
En un estudio anterior, las personas con el trastorno se trataron con etripamilo o un aerosol nasal de placebo para un solo episodio de taquicardia. Los participantes se aplicaron un parche de electrocardiograma (ECG) al inicio de los síntomas, realizaron una maniobra vagal y se autoadministraron el aerosol nasal si los latidos cardíacos rápidos continuaban, manteniendo el parche de ECG durante al menos cinco horas.
En ese estudio, la primera vez que se usó etripamilo sin supervisión directa, los ritmos cardíacos normales se restauraron en 30 minutos en el 54% de los pacientes, en comparación con el 35% con placebo, y se encontró que el medicamento era seguro y bien tolerado. El parche ECG es un monitor cardíaco portátil que tiene un pequeño dispositivo con un adhesivo que se adhiere a la superficie de la piel del pecho y se conecta de forma inalámbrica a un teléfono celular para transmitir los datos del ECG.
Todas las personas en ese ensayo aleatorio fueron invitadas a participar en el estudio abierto actual que permitió a los pacientes autotratarse con etripamilo durante múltiples episodios de taquicardia supraventricular paroxística. De los 169 pacientes inscritos, 105 se autoadministraron al menos una dosis de etripamilo (70 mg) durante la mediana del período de estudio de 232 días.
El nuevo trabajo encontró que etripamilo restauró la frecuencia cardíaca a la normalidad en 30 minutos en el 60,2% de los 188 episodios, y en una hora en el 75,1% de los episodios.
Además, de los 40 participantes que se autotrataron dos episodios, el 63,2% respondió a la medicación en 30 minutos. Nueve personas (23%) no convirtieron a una frecuencia cardíaca normal en ninguno de los episodios, y 21 (53%) convirtieron a una frecuencia cardíaca normal en ambos episodios.
«No existen grandes opciones para que los pacientes se autotraten la taquicardia supraventricular paroxística, y esta afección puede causar angustia y ansiedad significativas -señala James E. Ip, autor principal del estudio y profesor en Weill Cornell Medicine del Hospital Presbiteriano de Nueva York (EE.UU.)-. Al igual que un inhalador de albuterol para pacientes con asma o una pluma de epinefrina para pacientes que tienen alergias graves o anafilaxia, el aerosol nasal de etripamilo puede ser una excelente opción para las personas que tienen taquicardia supraventricular paroxística».