Un estudio realizado con casi 500.000 personas demuestra que fumar acorta los telómeros, los fragmentos finales de los cromosomas en los glóbulos blancos de nuestro sistema inmunológico. La longitud de los telómeros es un indicador de la velocidad a la qué envejecemos y de la capacidad de nuestras células para repararse y regenerarse.
Presentado en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, el estudio muestra que el tabaquismo y la cantidad de cigarrillos pueden dar como resultado el acortamiento de la longitud de los telómeros de los leucocitos, que es un indicador de la autorreparación, la regeneración y el envejecimiento de los tejidos. En otras palabras, señala Siyu Dai, de la Universidad Normal de Hangzhou y de la Universidad China de Hong Kong, «fumar puede acelerar el proceso de envejecimiento, mientras que dejar de fumar puede disminuir considerablemente el riesgo relacionado».
Jonathan Grigg, presidente del Comité de Control del Tabaco de la Sociedad Respiratoria Europea, no participó en esta investigación, asegura que «si los telómeros se acortan, las células ya no pueden dividirse con éxito y mueren».
Los telómeros son como las fundas de plástico o metal al final de los cordones de los zapatos, que evitan que los cordones se deshilachen. Son longitudes de secuencias de ADN repetitivas que protegen los extremos de los cromosomas. Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan ligeramente y eventualmente se vuelven tan cortos que la célula ya no puede dividirse con éxito y muere. Esto es parte del proceso de envejecimiento.
La longitud de los telómeros en los glóbulos blancos (leucocitos) ya se ha relacionado anteriormente con el tabaquismo, pero, hasta ahora, ha habido poca investigación sobre si el tabaquismo y la cantidad de cigarrillos fumados realmente causaron el acortamiento de la longitud de los telómeros .
Dai y su colega, Feng Chen, de la Universidad China de Hong Kong, analizaron datos del Biobanco del Reino Unido, que contiene información genética y de salud de medio millón de participantes del Reino Unido.
Los investigadores tuvieron en cuenta los siguientes parámetros: si una persona era fumadora, ex fumadora o nunca había fumado, el nivel de adicción al tabaco, cuántos cigarrillos fumaba, así como información sobre la longitud de los telómeros de los leucocitos extraída de análisis de sangre.
Con el uso de un método llamado aleatorización mendeliana, que utiliza las variaciones en los genes (conocidos como polimorfismos de un solo nucleótido o SNP) que se heredan de nuestros padres, analizaron cómo la exposición a un factor ambiental modificable (como fumar) se relaciona causalmente con una enfermedad con telómeros de leucocitos más cortos.
La aleatorización mendeliana evita el problema de que otros factores, a menudo desconocidos, afecten a los resultados, lo que permite a los investigadores investigar si un factor particular es la causa de una enfermedad, en lugar de simplemente estar asociado con ella.
Fumar se asoció de manera significativa con una longitud de telómeros más corta
Los científicos utilizaron datos de 472.174 participantes y 113 SNP relacionados con el tabaquismo (15 SNP para fumadores actuales, 78 SNP para nunca fumadores y 20 SNP para personas que habían fumado anteriormente).
«Hemos visto que fumar se asoció de manera significativa con una longitud de telómeros más corta, mientras que los exfumadores y las personas que nunca habían fumado no presentaban una longitud de telómeros de leucocitos más corta», escriben.
«Las personas que fumaban la mayor cantidad de cigarrillos tenían una longitud de telómeros de leucocitos significativamente más corta. En resumen, fumar puede provocar un acortamiento de la longitud de los telómeros de los leucocitos, y cuantos más cigarrillos se fumen, más fuerte será el efecto de acortamiento», afirma Dai.
Próxima generación
En los últimos años, estudios observacionales han relacionado la longitud acortada de los telómeros de los leucocitos con muchas enfermedades, como las cardiovasculares, la diabetes y la pérdida muscular.
Esto significa que el efecto del tabaquismo sobre la longitud de los telómeros probablemente desempeña un papel fundamental en estas enfermedades, aunque se necesita más investigación para comprender los mecanismos subyacentes.
«Nuestro estudio se suma a la evidencia de que fumar causa envejecimiento. Dado que dejar de fumar tiene claros beneficios para la salud, es hora de incluir apoyo y tratamiento para dejar de fumar en el manejo clínico diario para ayudarnos a crear un ambiente libre de humo para la próxima generación», señala Dai.
Los investigadores están interesados en explorar más a fondo el efecto de la exposición pasiva al humo sobre la autorreparación, la regeneración y el envejecimiento de los tejidos, en particular en la forma en que podría afectar a los niños.